¿Cómo afecta la respiración al estado de la piel?

Descubre los efectos positivos de la respiración consciente en la piel.

La respiración es una parte fundamental de nuestra vida. Es el motor de toda
acción. Es la precursora de cualquier intención. Sin una respiración continuada,
ningún proceso metabólico puede realizarse. Nada nace.


Es la fuerza vital del ser humano. Es su alimento primario. La respiración es el
proceso orgánico más completo que existe. Da la vida. Quita la vida. Oxigena el
cuerpo. Depura el organismo entero.


Sin embargo, pocos le prestamos la atención que se merece. Pocos la
consideramos como una medicina. Cada vez son más los estudios científicos que abalan la importancia de respirar de manera consciente para prevenir
enfermedades, revertir malestares y sanar heridas emocionales.


¿Sabías que entre muchos de los procesos de la respiración está el de revitalizar y restaurar la oxidación celular? ¿Qué significa esto?


Que respirar de forma consciente puede rejuvenecerte.


¿Qué es la Respiración Consciente?


La respiración consciente es enfocar toda la atención en el proceso de la
inhalación y exhalación. En vez de tener una respiración, nos convertimos
en la respiración. Observamos la respiración. Somos el testigo y el actor.


Es muy sencillo. En vez de vivir sin prestarle atención a la respiración,
vivimos respirando con una intención. Vivimos observando y sintiendo
nuestra respiración. Esto nos permite anclarnos en el momento presente.
Esto nos aleja de la neurosis mental que todos padecemos en nuestra
sociedad: recordar permanentemente el pasado y proyectarnos
constantemente en el futuro.
Respirar con atención plena es sentir la respiración con todo nuestro
cuerpo. Es observar el proceso de la inhalación desde que empieza hasta
que termina. Es contemplar la exhalación desde que se inicia hasta que
finaliza.
Al hacer esto, no sólo oxigenamos el organismo entero. También estamos
activando el sistema nervioso parasimpático, responsable de procesos tan
importantes como la restauración, renovación y descanso del cuerpo.

 


¿Cuál es la relación entre la respiración consciente y el estado de la piel?


Una respiración consciente nutre la piel desde dentro hacia afuera. La
piel, como todo órgano, necesita ser nutrida con oxígeno. El aire que se
encuentra fuera está, desafortunadamente, muy contaminado. Es cómo
utilizar cosmética química: nos intoxica.
Necesitamos de un recurso interior que nos permita depurar todas las
toxinas que se encuentran en el aire contaminado, en los virus y bacterias de
las superficies que tocamos… Este recurso es la respiración consciente. A
través de este proceso interno, el cuerpo, en la inhalación, toma los
nutrientes esenciales del aire para cubrir sus propias necesidades vitales y,
en la exhalación, expulsa todas las toxinas que no necesita.


Si no realizamos una respiración completa, es decir, una respiración
intercostal o también conocida como diafragmática, donde abdomen,
diafragma y pecho se llenan de aire, nuestro organismo no puede completar
su proceso de limpieza, ni absorber correctamente los nutrientes.


A través de la respiración consciente:
- una sangre llena de vida y alimento llega hasta la piel para nutrirla,
- el sistema nervioso central se estabiliza, reduciendo la oxidación celular
provocada por altas dosis de estrés y ansiedad,
- el sueño es más fácil de conciliar, dejando tiempo y espacio de calidad
para que el cuerpo se regenere,
- se segregan hormonas como la serotonina, precursora de emociones
como la felicidad…


Todos sabemos que un cuerpo feliz irradia luz, brillo y vitalidad a través de
cada poro de la piel.


Práctica sencilla de respiración consciente para mejorar la piel.


La práctica es muy sencilla. Si la puedes realizar en un espacio rodeado de
naturaleza, los beneficios aumentan. Sino es el caso, no pasa nada.


Visualízate rodeado de árboles o frente al mar, e imagina que el aire que
respiras es puro y está lleno de vida.


Colócate en una postura cómoda.
Con la espalda erguida y los hombros relajados.
Deja que la atención se dirija, poco a poco, a la respiración.
Intenta no forzar nada. Simplemente obsérvala.
Inhala por la nariz. Exhala por la nariz.
Puedes colocar tu mano derecha sobre el vientre y tu mano izquierda sobre
el pecho.
Al inhalar siente como el estómago se llena de aire, las costillas se expanden,
el corazón se abre.
Al exhalar, siente como el pecho se vacía, las costillas se cierran y la barriga
se deshincha.
Sigue este proceso y empieza a contar en la mente.
Inhala  1, 2, 3, 4.
Exhala 1, 2, 3, 4.
Sigue con esta respiración completa.
Siente como al inhalar, los poros de tu piel absorben vida.
Siente como al exhalar, los poros de tu piel expulsan toxinas.
Sigue con este proceso. No tengas prisa. Disfruta de este momento.
De paz y conexión con el cuerpo. De nutrición y purificación.

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